13 Oct Energía reactiva, penalizaciones y soluciones
Aunque es muy común en las facturas, muchas veces la energía reactiva no es tan fácil de identificar en los locales y en las viviendas. Con lo que los consumidores son penalizados por el excesivo consumo de este tipo de energía.
Para evitar estas sanciones, es conveniente conocer de cerca los fundamentos de la energía reactiva, las posibles soluciones a las penalizaciones en caso de que sucedan y, por supuesto, la medida de la energía reactiva.
Lo mejor será que estés preparado para cuando tus clientes lo pregunten, así que lee esta información en las siguientes líneas.
Tabla de contenidos
¿Qué es la energía reactiva?
Para explicar la energía reactiva a fondo es necesario manejar conceptos como efecto Joule, armónicos de corriente eléctrica y redes sinusoidales. Pero, en pocas palabras, se trata de la componente de la energía consumida por cargas inductivas o capacitivas que provoca inyectar energía en la red, perturbándola.
Para ser más exactos, estas modificaciones en la red se identifican cuando la demanda de energía reactiva es más alta que la usada. De esta manera, el sistema eléctrico en cuestión puede verse afectado con pérdidas innecesarias y con un incremento en los costes de las facturas.
En la actualidad, todos los electrodomésticos representan cargas inductivas, y por eso es tan importante calcular correctamente las medidas de la energía reactiva. Los daños a las redes eléctricas y los pagos de más en las facturas son inconvenientes que se pueden evitar.
Medida de la energía reactiva
En el mercado podemos encontrar diversos dispositivos que miden la energía reactiva. Sin embargo, las medidas de este tipo de energía son calculadas por las compañías proveedoras del servicio eléctrico.
En este sentido, ellas serán las encargadas de evaluar cuánta potencia reactiva se pierde en los sistemas monofásicos y trifásicos. Por su parte, las instalaciones eléctricas tienen un mínimo de potencia perdida que se asigna desde que comienza a funcionar.
Ese mínimo establecido no se puede modificar, por lo que es inevitable que se pierda. En base a esto, las empresas miden la cantidad de energía reactiva absorbida por los receptores. Posteriormente, estas mismas reflejan en las facturas el precio de los kilovoltioamperios consumidos por hora.
Es precisamente esa unidad de medida de la energía reactiva: los kVArh (kilovoltioamperios reactivos-hora).
Inconvenientes
Como ocurre en todos los procesos relacionados con la electricidad, en la energía reactiva existen desventajas que pueden traer penalizaciones. Aquí te mostramos algunos de ellos:
- Las instalaciones pierden mucha potencia, pues durante su transporte, la energía reactiva va y viene 50 veces por segundo.
- El exceso de energía reactiva en las redes se traduce a un mayor consumo reflejado en las facturas, produciendo así cifras excesivas en el pago.
- La tensión es otra de las posibles afectadas por la energía reactiva, pues al haber un aumento de ella, los demás equipos eléctricos no funcionan correctamente.
Penalizaciones
Para evitar que los locales y hogares tengan un consumo excesivo de energía reactiva, las empresas eléctricas han creado límites que, en caso de ser sobrepasados, conllevarán penalizaciones como consecuencia.
Tarifas 2.0 y 2.1A
En estos casos, la energía reactiva solo aparecerá en las facturas si se consume más del 50% de ella. Los horarios dependerán de la compañía eléctrica con la que se tenga el contrato.
Tarifas 3.0 y 3.1A
Se trata de aquellas instalaciones que tienen un consumo mayor a 15kW, donde las penalizaciones solo serán posibles durante los períodos P1 y P2. En este caso, la sanción se dará cuando se pase el 33% de la tarifa, y los pagos serán por cada kVArh consumido.
Soluciones
Aunque cada contexto es distinto, una solución que puede ayudar en todos los casos a evitar las penalizaciones por energía inductiva es la instalación de baterías de condensadores. Para ello, debes ofrecerles a tus clientes un servicio profesional, capacitado y totalmente eficaz.
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